La transmisión automática asegura la suavidad en los cambios de marcha, con un “salto” mínimo, bajo distintas condiciones de conducción. La compleja y extremadamente intrincada tecnología conocida como "control de la fricción" es ideal para transmitir de forma eficiente la potencia del motor y para conseguir un suave cambio de marchas. Los componentes implicados en la fricción y los embragues de un sólo sentido que han sido desarrollados basándose en nuestra avanzada tribología, son los productos más importantes para determinar el rendimiento de los sistemas de transmisión automática. Contribuyen a ofrecer una conducción suave y potente.